Ahora tenemos otra opción: usar backgroundifier, una aplicación para Mac, con código abierto, que permite transformar cualquier imagen, independientemente de su resolución y tamaño, en un bonito fondo de pantalla.
El secreto es sencillo: usa un algoritmo inteligente capaz de rellenar el espacio con colores semejantes a los utilizados en la imagen principal, obteniendo resultados tan perfectos como el mostrado en el siguiente ejemplo.
La aplicación tiene un coste de 0,99 dólares, pero su código está disponible en github, por lo que si os gusta tocar código, podéis obtenerlo y adaptarlo a vuestras necesidades.
En su web podéis ver varios otros ejemplos, así como algunas capturas del programa, donde se ve que únicamente es necesario arrastrar la imagen original y definir el tamaño final, siendo posible realizar el trabajo en varias fotografías al mismo tiempo.
Por supuesto puede usarse también para aumentar el tamaño de una imagen pequeña para que pueda ser más atractiva a la hora de compartirse en las redes sociales, mucho más elegante que usar un degradado básico como contorno.
Via wwwhatsnew.com
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