Recientemente Google ha añadido en Gmail (web y Android) la opción para bloquear a un remitente: basta abrir un mensaje y en el menú desplegable seleccionar Bloquear a … A partir de ese momento sus mierdas mails no se mostrarán en la bandeja de entrada — y en cualquier momento podrás desbloquear a ese remitente.
La diferencia con Silenciar es que el mensaje desaparece del buzón. De hecho se va a la carpeta de Spam. Y la diferencia respecto a marcar un mensaje como spam
probablemente tiene que ver con que el bloqueo de un remitente queda
como una opción particular de tu buzón, mientras que marcar como spam es una función que alimenta la sapiencia del filtro global de spam.
La opción es interesante porque es bastante rápida de ejecutar y ahorra el trabajo de hacer filtros. Pero a decir verdad se antoja cobarde porque a fin de cuentas el remitente no recibe aviso de que no es bienvenido en esa bandeja de entrada. Un poco al estilo de usar la opción Silenciar en Twitter cuando no hay huevos de hacer unfollow.
Hace algún tiempo la aplicación de correo Mail.app de Mac OS tenía la opción Devolver mensaje.
Al usarla se generaba un mensaje de correo electrónico de error
—similar a «dirección no válida»— que se enviaba de vuelta al remitente.
Es verdad que alguien espabilado podía percatarse de que le habían
devuelto su mensaje a propósito y sin pudor. Pero para la mayoría el
mensaje devuelto tenía la misma apariencia —primitiva e ininteligible,
todavía a estas alturas— del típico mensaje de correo que viene rebotado
por error y a los que casi nadie presta atención.
Aquella fue sin duda la opción más macarra de la historia del software y de la historia de lo macarra. Era el equivalente a mascar una nota de papel y escupirla en la cara de quien la había escrito.
Pero por lo visto alguien de Apple consideró que era un gesto poco correcto y la opción desapareció. Y después de su desaparición atender el correo electrónico jamás volvió a ser divertido.
Via Microsiervos
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